Karl Stig-Erland Larsson, conocido simplemente como Stieg Larsson nacio en Skelleftehamn, provincia de Västerbotten, el 15 de agosto de 1954 y falleció en Estocolmo, el 9 de noviembre de 2004.
Fue un periodista y escritor sueco, que saltó a la fama tras su muerte, con la publicación de la trilogía de novelas policiacas Millennium, formada por "Los hombres que no amaban a las mujeres", "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y "La reina en el palacio de las corrientes de aire " llegando a vender un millón de ejemplares en formato digital.
Larsson creció en el campo con sus abuelos, en el pequeño municipio de Norsjö, unos 100 km al norte de Umeå, que aparece en un capítulo de Los hombres que no amaban a las mujeres. Con ocho años falleció su abuelo (1962) y volvió a Umeå.
Insomne desde su adolescencia, dedicaba noches enteras a redactar en una máquina de escribir que le regalaron a los 12 años; no dejaba dormir a nadie y lo mandaron al garaje. Con 14 años y estando de camping, fue testigo de cómo sus amigos violaban a una chica; días después se cruzó con ella por la calle y se acercó a excusarse por no haberlo evitado, pero ella lo rechazó; siempre se sintió culpable. Eso lo marcó y desde entonces fue un feminista convencido.
Más tarde, Stieg trabajó de lavaplatos en distintos restaurantes de la ciudad y en una fábrica de papel. Viajó dos veces a África con el dinero que iba ahorrando. Entre 1977 y 1999 trabajó como diseñador gráfico para la agencia de noticias Tidningarnas Telegrambyrå (TT).
Fue uno de los impulsores de las protestas contra la Guerra de Vietnam en la ciudad. Durante una de las manifestaciones conoció a Eva Gabrielsson, su pareja. Militó en la trotkista Kommunistiska Arbetareförbundet (Liga Comunista de Trabajadores). Profundamente comprometido en la lucha contra el racismo y la ultraderecha antidemocrática, participó a mediados de los 80 en la fundación del proyecto antiviolencia Stop the Racism.
En 1995 fue uno de los promotores de la Fundación Expo, dedicada a "estudiar y cartografiar las tendencias antidemocráticas, de extrema derecha y racistas en la sociedad".
Desde 1999 fue director de la revista de la fundación, también llamada Expo. Empezaron con la revista en 1995 cuando siete personas fueron asesinadas por nazis. Él trabajaba de noche para intentar que todo siguiera funcionado, pero según el mismo Larsson, no recibieron ningún apoyo de la sociedad, y en 1998 la revista se vino abajo. Se reorganizaron con una nueva gestión en 2001.
Escribió varios libros de investigación periodística acerca de los grupos nazis de su país y de las conexiones entre la extrema derecha y el poder político y financiero. Amenazado por la ultraderecha, no quiso casarse con su pareja, la arquitecta Eva Gabrielsson, para que su nombre no constara en ningún registro oficial (un compañero periodista suyo fue asesinado con un coche-bomba).
Larsson sentía también un gran interés por la ciencia ficción; presidía la sociedad escandinava de este género.
Muy trabajador, fumador compulsivo (consumía tres paquetes de tabaco al día), bebedor asiduo de café, aquejado de insomnio y amante de la comida basura, su corazón acabó afectado por este modo de vida y falleció de un infarto cuando, averiado el ascensor, subía a su casa de cincuenta metros cuadrados situada en un quinto piso.
Fue un periodista y escritor sueco, que saltó a la fama tras su muerte, con la publicación de la trilogía de novelas policiacas Millennium, formada por "Los hombres que no amaban a las mujeres", "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y "La reina en el palacio de las corrientes de aire " llegando a vender un millón de ejemplares en formato digital.
Larsson creció en el campo con sus abuelos, en el pequeño municipio de Norsjö, unos 100 km al norte de Umeå, que aparece en un capítulo de Los hombres que no amaban a las mujeres. Con ocho años falleció su abuelo (1962) y volvió a Umeå.
Insomne desde su adolescencia, dedicaba noches enteras a redactar en una máquina de escribir que le regalaron a los 12 años; no dejaba dormir a nadie y lo mandaron al garaje. Con 14 años y estando de camping, fue testigo de cómo sus amigos violaban a una chica; días después se cruzó con ella por la calle y se acercó a excusarse por no haberlo evitado, pero ella lo rechazó; siempre se sintió culpable. Eso lo marcó y desde entonces fue un feminista convencido.
Más tarde, Stieg trabajó de lavaplatos en distintos restaurantes de la ciudad y en una fábrica de papel. Viajó dos veces a África con el dinero que iba ahorrando. Entre 1977 y 1999 trabajó como diseñador gráfico para la agencia de noticias Tidningarnas Telegrambyrå (TT).
Fue uno de los impulsores de las protestas contra la Guerra de Vietnam en la ciudad. Durante una de las manifestaciones conoció a Eva Gabrielsson, su pareja. Militó en la trotkista Kommunistiska Arbetareförbundet (Liga Comunista de Trabajadores). Profundamente comprometido en la lucha contra el racismo y la ultraderecha antidemocrática, participó a mediados de los 80 en la fundación del proyecto antiviolencia Stop the Racism.
En 1995 fue uno de los promotores de la Fundación Expo, dedicada a "estudiar y cartografiar las tendencias antidemocráticas, de extrema derecha y racistas en la sociedad".
Desde 1999 fue director de la revista de la fundación, también llamada Expo. Empezaron con la revista en 1995 cuando siete personas fueron asesinadas por nazis. Él trabajaba de noche para intentar que todo siguiera funcionado, pero según el mismo Larsson, no recibieron ningún apoyo de la sociedad, y en 1998 la revista se vino abajo. Se reorganizaron con una nueva gestión en 2001.
Escribió varios libros de investigación periodística acerca de los grupos nazis de su país y de las conexiones entre la extrema derecha y el poder político y financiero. Amenazado por la ultraderecha, no quiso casarse con su pareja, la arquitecta Eva Gabrielsson, para que su nombre no constara en ningún registro oficial (un compañero periodista suyo fue asesinado con un coche-bomba).
Larsson sentía también un gran interés por la ciencia ficción; presidía la sociedad escandinava de este género.
Muy trabajador, fumador compulsivo (consumía tres paquetes de tabaco al día), bebedor asiduo de café, aquejado de insomnio y amante de la comida basura, su corazón acabó afectado por este modo de vida y falleció de un infarto cuando, averiado el ascensor, subía a su casa de cincuenta metros cuadrados situada en un quinto piso.
Los hombres que no amaban a las mujeres